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Una Ves venga la muerte a buscarme, vajare al infierno y subire a la tierra a reclamar lo que es mio...

BUSCA LA LUZ EN LAS TINIEBLAS Y LA ROSA EN EL OCEANO Y SI LA ENCUENTRAS ENTONCES ME ENCONTRARAS 

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¿No es acaso la vida un sueño, pero de quien séra el sueño.?

 Por M¡S VeNaS SoLo CoRre Veneno... S¡n emBaRGo Me S¡enTo B¡en, PoRq Te TenGo CerCa, PoRq eSTaS ConM¡Go

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Solo La Muerte Podra  Imponer La Paz Que En Vida No  Tengo

EN LA PALABRA DE LA MUJER ESTÁ LA MUERTE; EN SU SONRISA, EL INFIERNO.

ErViN Les Habla..!!
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La Cruz que llevo dentro ya desgarro todos mis recuerdos, voy hacia un oscuro camino que poco a poco me lleva hacia la muerte

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Aqui pongo todo lo que me pidan en ves de hablar de mi eso seria aburrido 

PREDESTINADOS PARA MATAR
(HISTORIA CRIMINAL DE LA BIBLIA)

AUTOR: ErViN


Mucho se habla acerca de la Biblia como "la Palabra de Dios". Mucha gente la lee cuidadosamente todos los días, usándola como la guía e inspiración de sus vidas. Muchos afirman que la solución para todos los problemas que confronta la cultura decadente de Occidente, está escrita dentro de sus páginas. La Biblia es recomendada como el remedio total a todos los problemas de la actual sociedad secular. Siguiendo este modo de pensar, muchos sacerdotes y ministros opinan que si leyera más la Biblia, la mitad de los problemas de la humanidad se resolverían. Muchos políticos son de la misma opinión que los religiosos. Al parecer, la Biblia, por lo que se cree de ella, obligatoriamente tiene que ser un libro dentro del cual deben de encontrarse los más grandes ejemplos de santidad, los ejemplos de gente buena y culta, y los ejemplos de gente cuyas vidas son el ejemplo de los mejores santos que han existido sobre la faz de la tierra. Además de los políticos y los religiosos, son notables los casos en la historia de la humanidad en donde grandes eruditos y sabios confesaron que la Biblia los había hecho mejorar. Un gran escritor de este siglo, llamado C. S. Lewis, un inglés agnóstico, se convirtió de una vida de filosofo en un creyente de la Biblia.

Todos los días millones de ejemplares de la Biblia son publicados en todo el mundo, con las intenciones de cambiar y mejorar la vida de millones de seres humanos. A tono con esto, las sociedades bíblicas se esfuerzan en traducir la Biblia a cientos de idiomas, desde los idiomas de los países desarrollados, hasta los dialectos más desconocidos y poco usados en el mundo. Cientos de misioneros han dado sus vidas por causa de la Biblia. Las historias más trágicas se cuentan de misioneros atrevidos que han pagado con sus propias vidas a causa de querer introducir la Biblia en países en donde ésta no es permitida.

Muchos piensan que la Biblia puede cambiar el curso de la historia de la humanidad, en estos tiempos en que las cosas parecen ir de mal en peor. Hay gente que hasta pretenden ver escrito en la Biblia el futuro de la humanidad. Solamente en los Estados Unidos de Norteamérica, se han publicado millones de libros de estudios bíblicos acerca de la profecía bíblica. Decenas de maestros y teólogos creen ver en las páginas de la Biblia un bosquejo del futuro completo de la humanidad trazado en ella, y grandes denominaciones cristianas se fundaron en el pasado esperando el fin de la humanidad, que según ellas estaba a las puertas, porque ellas interpretaron que la historia contemporánea estaba profetizada en las páginas de la Biblia.

Todas estas pretensiones hacen que cuestionemos aquí: ¿Es cierto que la Biblia contiene la respuesta a todos los problemas de la humanidad? ¿Será verdad que nosotros podemos mejorar nuestra conducta leyéndola? Un estudio honesto e imparcial puede ayudarnos a contestar esta interrogante, aunque para hacer este estudio, debemos echar a un lado todas las ideas preconcebidas que tenemos acerca del tema. El presente estudio es un ataque frontal en contra de lo que muchos tienen por infalible, y se propone destruir los fundamentos en los cuales se basan sociedades y grupos religiosos a través del mundo. Cuando el autor de estas líneas comenzó a escribir el presente ensayo, todavía profesaba el cristianismo, pero ya cuando ha revisado el mismo varias veces, y no sin haber pasado muchas tribulaciones de conciencia, ahora se atreve acusar al cristianismo de estar plagado de graves pecados. Ciertamente hay que gritar bien fuerte: ¡el cristianismo está plagado de grandes defectos! No obstante, tal afirmación tiene que estar fundamentada en muchos argumentos contundentes y lógicos, que examinan el libro sagrado desde sus más profundas raíces, y son raíces que van a ser investigadas y enumeradas bien a fondo en aquí. Honestamente, haber descubierto estos grandes errores del cristianismo son el fruto de muchos años de reflexión y representa las grandes luchas internas por las que el autor ha pasado a fin de librarse de los tabúes que dominaban su conciencia.

El más grave error del cristianismo es su extraordinaria intolerancia, término que entendemos que significa aquella mala facultad del entendimiento humano que no tolera opiniones distintas a las que este profesa. La intolerancia no admite opiniones disidentes. Para los cristianos, toda persona que profesa opiniones diferentes a las establecidas por el cristianismo, es considerada como "hereje". Esta palabra, aunque su mención suena un poco graciosa, fue la razón de la desgracia para miles de personas que durante los primeros siglos del cristianismo se atrevieron a pensar ideas diferentes a las que predicaba el cristianismo.

En nuestra época se están haciendo grandes progresos a nivel mundial en el campo de la libertad humana. Muchos países que antes tenían dictaduras están siendo transformados por la idea de la democracia y la libertad. La gente del mundo exige que se les respete el derecho a pensar en la manera en que desean. Exigen libertad de palabra, a fin de poder expresar libremente ideas políticas y religiosas. Opinamos que lo más grande que se ha escrito en términos de ideales de libertad lo constituye la Declaración de Derechos del Hombre de las Naciones Unidas. Particularmente citaremos uno de los derechos humanos más importantes, el que es necesarios que toda persona conozca, ya que cualquier persona que prive a otros de sus derechos fundamentales, se constituye un violador de los derechos humanos. Creo que tal acusación es muy seria. Violar los derechos humanos de otros individuos es un delito grave. El artículo 19 de la declaración de los derechos humanos de las Naciones Unidas reza de la siguiente manera:

"Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión. Declaración de derechos humanos, articulo 19."

La historia de la humanidad de los últimos años demuestra que se han hecho grandes adelantos en pro de los derechos humanos. Por ejemplo, en la India, Mahatma Gandhi luchó por el derecho de su país a pertenecer a la comunidad libre de naciones, apelando a los derechos humanos, y acusando a los ingleses de ser violadores de los derechos humanos de su pueblo. En los Estados Unidos de Norteamérica, el reverendo Martín Luther King luchó también pacíficamente por los derechos de la gente de la raza de color en los Estados Unidos.

¿Y qué relación guarda la Biblia en todo esto? A primera vista parece no existir relación alguna, pero para el asunto del tema de los derechos humanos, donde uno tales derechos es el de la libertad de expresión y por ende así mismo el de la libertad de opinión, es importante advertir a muchos creyentes que el hecho de no respetar la opinión que tienen los demás es un delito que se convierte en una crasa violación de los derechos humanos. Esto que afirmamos aquí se relaciona directamente con el tema de la intolerancia.

Es un hecho muy evidente que la gran mayoría de creyentes cristianos a través de todo el mundo demuestran una conducta de crasa intolerancia contra aquellas personas que no profesan el cristianismo. Y esto, ¿tiene algún precedente? Sí, es dentro de las páginas de la Biblia donde podemos encontrar cientos de claros ejemplos donde los protagonistas de la Biblia manifestaban una conducta inmensamente intolerante. Ya hemos afirmado que la Biblia está llena de intolerancia, pero ¿Cree usted que ésta es una denuncia muy grave? Usted debe pasearse con nosotros por las páginas de la Biblia, porque este el tema de la intolerancia es uno de los temas principales de todo este escrito, y estudiándolo creemos que usted comprenderá muchas cosas. Si ya usted está sintiéndose incómodo por lo que está leyendo aquí ahora, o siente temor por lo que se va a decir, es probable que usted padezca el gran mal del cual estamos acusando al cristianismo aquí. Por favor, para su propio bien, trate de seguir leyendo estas páginas con un espíritu de tolerancia. Piense que aquí puede haber algo muy importante para usted, como ha sucedido con muchos de los que han descubierto las verdades que serán expuestas en las páginas que siguen.

Habíamos mencionado que uno de los graves pecados del cristianismo, y que se basa en la Biblia, es la intolerancia. Este fue nuestro primer considerable descubrimiento. Identificaremos esto con el nombre de "intolerancia esencial". "Intolerancia", por la naturaleza que compone el defecto; "esencial", porque consideramos que es algo que corresponde al carácter que compone básicamente esta intolerancia. La actitud del creyente que quiere perseguir a otros y no los respeta como seres humanos, al no respetar sus opiniones, puede encontrarse en las páginas de la Biblia. En este libro, daremos un paseo bastante largo y tendido por éstas páginas, buscando todos aquellos lugares en donde existe evidencia de que hay una intolerancia crasa y una falta de respeto a los derechos del prójimo. Se hará evidente cómo la supuestamente santa gente de las escrituras llegaron hasta el extremo de eliminar con violencia a sus oponentes. Estudiaremos muchos ejemplos que serán dignos de vergüenza para aquellos religiosos que creen ver en la Biblia el ejemplo de lo que puede considerarse: "una conducta santa".

Sabemos que mucha gente alega que existe una diferencia entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Esta diferencia sí existe, pero creemos que la misma no excusa los graves errores existen en el Antiguo Testamento. Si usted se está aferrando al argumento de la inerrancia de las escrituras, ya es tiempo de reconsiderar su creencia, pues en este escrito encontrará muchos argumentos que sacudirán esta creencia. Lo que más nos había chocado a nosotros cuando profesábamos la fe cristiana fue el hecho que existan personas cristianas que consideran a los seres humanos de otras religiones, como la budista y la hinduista, como personas herejes, malditas y que están perdidas. Inclusive se predice que tales personas serán reos del infierno, porque, ellos no son cristianos y son gente que está hundida dentro de los ámbitos de la mentira, y curiosamente, lo cierto es que dentro de esas religiones que el cristianismo rechaza existe una gente que tienen unos valores éticos tan grandes que hasta sus buenas obras son capaces de avergonzar a los creyentes cristianos.

El segundo defecto que encontramos en la Biblia es el de la injusticia. Adentro de las páginas de la Biblia se encuentran muchos ejemplos de graves injusticias, las cuales están sancionadas con el nombre de Dios. Innumerables ejemplos se pueden citar y se verán a través de este libro de casos en los cuales se cometieron grandes injusticias contra individuos inocentes, y hasta contra personas que moralmente no pueden ser consideradas como responsables de cometer los pecados que se les atribuye. Existieron poblaciones enteras que tuvieron que pagar demasiado costoso por los errores que cometieron sus reyes, sin que ellos tuvieran la culpa. Hubo gente que pagaron con su vida por el mero pecado de criticar o burlarse de otra persona. ¿Por qué las santas personas mejor no perdonaron a los que los ofendieron, cosa que en otros lugares de la misma Biblia después se le exigió a otros que hicieran? Deseamos que el lector abra los ojos de su entendimiento. ¿Será usted capaz de ver las cosas malas que se encuentran en las escrituras cristianas? Lector, lo retamos para que vea que la Biblia lo único que hace es sembrar injusticia en la mente de los que la leen. Por eso, la segunda conclusión a la que se puede llegar al leer la Biblia es la siguiente: la Biblia está plagada de injusticia esencial.

La tercera conclusión a la que hemos llegado es tan grave como las primeras dos. Descubrimos que cuando las personas no pueden comprender que ellos mismos son intolerantes y cuando ellos no pueden entender que hay unos grandes fallos de justicia en lo que ellos aceptan como bueno y digno de imitar, es porque tales personas están siendo presas de una gran irracionalidad. Si usted puede leer la Biblia o cualquier otro libro de literatura y usted no es capaz de ver claramente que hay unos grandes fallos de injusticia e intolerancia, usted está siendo victima de un estado mental de irracionalismo. El entendimiento de las personas que llegan a pensar de esta manera, está tan entumecido para las cosas buenas, que puede leer que en el libro se mande a matar gente en el nombre de Dios y no disciernan que esto es un grave delito y un craso error. El colmo del asunto es cuando tales personas escuchan a un predicador utilizando un versículo donde se manda a matar gente, y convierten el asunto en algo santo. Son muchos los predicadores que "espiritualizan" los versículos y los interpretan de forma alegórica para que no se vea lo injusto del asunto que ellos están trayendo a colación. Ejemplo lo tenemos en el siguiente versículo que es muy famoso entre los evangélicos fundamentalistas: "Esfuérzate y sé valiente" (Josué 1:6). Pero lea el lector el contexto en donde está el citado versículo para que vea en qué ocasión se dijeron éstas palabras. ¡En realidad, el versículo estaba dando ordenes a Josué y al pueblo de Israel para que fueran a matar! Según el contexto del cual se desprenden las anteriores palabras, en aquel momento, ellos estaban siendo instigados a que fueran a matar en el nombre de Jehová.

Antes de continuar debemos de aclarar que el propósito de nosotros al escribir esto no es el de sembrar pensamientos negativos. Tampoco queremos que personas honestas y buenas se desalienten. Queremos que esto sirva de estímulo para muchos en la búsqueda de lo bueno y lo santo. Los creyentes hemos levantado muchos falsos ídolos, y entre ellos está la Biblia. Hay gente que han llegado a un grado de idolatría con ella, que la consultan como si fuera un oráculo. Otros se vuelven tan secos y racionales, que todo lo quieren pensar de acuerdo a una rigurosa y seca lógica Bíblica, olvidándose de la justicia, la misericordia, y el respeto que le deben al prójimo. El hecho de reconocer que algo está mal, no es excusa para que hagamos todo lo que se nos venga en gana. Tampoco es excusa para abandonar el buen camino para seguir el camino de los vicios y el mal. A la larga mucha gente que ya no son justos andan buscando cualquier excusa para hacer lo que les da la gana. Tales personas al fin y al cabo abandonan el buen camino, no importa la excusa que puedan buscarse para ello. Por lo tanto, el que lee aquí no puede alegar como excusa que este escrito lo haya sacado del buen camino, porque estamos seguros que el que no tiene un buen fundamento, cualquier cosa lo saca de la verdad. Abogamos por el respeto de nuestros derechos humanos, y del derecho de no ser molestados por lo que vamos a exponer aquí. Recuerde que tenemos el derecho a disentir del cristianismo; ese es uno de los derechos garantizados en la Carta de Derechos de las Naciones Unidas. Este escrito puede ser una prueba para usted, y si usted cree que su Dios es justo, entonces puede que Dios esté probando su capacidad de ser tolerante, para ver si usted es fiel.

En el Nuevo Testamento el libro de los Hebreos hace referencia al Antiguo Testamento y a sus denominándolos por el título de héroes de fe. El capítulo once menciona a muchos de los hebreos famosos y los presenta con el título de "héroes de la fe". Entre los personajes que menciona están: Abel, Enoc, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Sara, José, Moisés, Rahab, Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel, y los profetas. Comenzaremos por estudiar varias de las gentes mencionadas en esta lista para ver si hallamos pruebas de intolerancia, injusticia, e irracionalidad esencial.

Abel es el primero de la lista; fue el segundo de los hijos de Adán y Eva. Era hermano de Caín. En los primeros días de la creación, según la Biblia, Caín asesina a Abel debido a una disputa, que parece que fue por celos religiosos.

"Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a sus ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante" (Génesis 4:3-5).

La Biblia no explica claramente la razón por la cual Jehová rechaza a Caín. Muchos teólogos han especulado acerca de este rechazo, pero hasta ahora, entre muchos teólogos, la causa de este desprecio sigue siendo un misterio. Una explicación moderna bastante razonable es la que algunos teólogos modernos han sugerido: Probablemente el escritor bíblico quería hacernos creer que Dios favorecía una cultura nómada, contra la cultura agrícola, por lo tanto, se nos muestra aquí a Dios aparentemente favoreciendo a Abel el pastor, contra Caín el agricultor. Nos parece que ésta es una de las más posibles explicaciones. Tengamos en cuenta que el pueblo hebreo era un pueblo cuya procedencia venía de unos pastores nómadas. Pero el hecho de que aquí el texto nos dice que Dios favorece a uno en contra del otro sin darnos una explicación razonable, nos hace pensar que estamos enfrentando un caso de injusticia esencial. Un asunto tan delicado, en términos religiosos, como el de rechazar la ofrenda de una persona, debiera de ser explicado con más exactitud y sin lugar a dudas, porque esto puede servir de ejemplo a muchas personas. Es evidente que nuestro "libro sagrado", desde sus comienzos, nos manipula para que aceptemos muchas cosas arbitrarias que no pueden ser explicadas razonablemente, o de otra manera mucho más lógica.

Enoc

El otro de los héroes de la fe que continúa en la lista de Hebreos es Enoc. No siendo este hombre un santo muy destacado, lo único notable que parece haber hecho fue, según la Biblia, haber caminado con Dios: "caminó Enoc con Dios" (Génesis 5:22). No se explica nada en detalle acerca de la naturaleza de su caminar con Dios, pero parece que Enoc se encuentra entre los escasos héroes bíblicos que se mencionan en la Biblia que evidencian algún tipo de verdadera devoción, aunque sería más provechoso que la Biblia revelara algunos detalles acerca de las prácticas espirituales y los métodos místicos de buscar a Dios que tal personaje hubiera utilizado, para que éstos sirvan de ejemplo a los seres humanos que desean seguir el camino del bien. Después de todo, se alega que la Biblia es un libro santo, y debe enseñarnos a nosotros métodos y prácticas espirituales para mejorar nuestra vida espiritual.

Noé

En Noé encontramos un caso muy interesante. Hablando acerca de Noé y el diluvio, vemos que es la primera vez que en la Biblia se le atribuye a Dios el acto de matar seres humanos, y es la primera vez que se presenta a Dios como un intolerante. A simple vista la mayoría de quienes leen este pasaje no se percatan de lo grave que es el asunto. Se presenta a Dios matando a seres humanos porque estaban corrompidos. Lea el siguiente pasaje:

"Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. (...) Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá" (Génesis 6:12-17).

En aquellos lejanos tiempos es probable que la tierra estaba tomando un rumbo peligroso, y tal como describe la Biblia, la tierra estaba "llena de violencia". A lo mejor esto se estaba refiriendo a los tiempos primitivos, cuando el hombre todavía estaba incivilizado y probablemente con esto se haga referencia a las prácticas de canibalismo y otras costumbres parecidas. Es posible que la tierra se estaba sobre poblando con este tipo de gente, y por eso se le atribuye a Dios el deseo de exterminar a toda la raza humana. En uno de los pasajes que ya es de por sí uno de los más controversiales de la Biblia, se dice que Dios se "arrepiente" de haber hecho al ser humano, y que entonces decide que lo mejor que puede hacer es destruir la humanidad entera y a todos los animales. Es así:

"Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho" (Génesis 6:1-8).

Muchos no entienden la tremenda injusticia implicada aquí. Se dice que Dios va a matar a muchos seres inocentes, pues al "raer" a todos los seres vivientes es claro que se entiende que van a morir niños, y hasta muchos animales a los que no se les puede acusar por lo que estaba pasando, o imputarle la culpa de lo que los otros estaban haciendo. Evidentemente este es un caso de injusticia esencial, excusado y pasado por alto de acuerdo a la ignorancia de muchos lectores. Otra cosa que no se puede entender es por qué razón "Noé halló gracia ante los ojos de Jehová", pues no nos dice que Noé fuera un hombre sobresaliente. Es más, a pesar de la siguiente declaración: "Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé" (Génesis 6:9), vemos que Noé no fue un gran ejemplo como puede pensarse, si ponemos atención a los siguientes versos:

"Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña; y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda" (Génesis 9:20-21).

Pero lo más despiadado fue lo que le pasó al hijo de Noé, pues sin alguna explicación posible, éste ve a su padre desnudo, se lo notifica a sus hermanos, y por esto Noé lo maldice de una manera cruel:

"Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos" (Génesis 9:25).

Lo que realmente estamos viendo aquí, es probable que corresponde a una justificación con ropaje teológico de los hebreos en contra de los habitantes de Canaán. Es necesario mencionar nuevamente que los judíos reclamaban que las tierras que ellos tomaron en la época de la conquista le fueron entregadas por Dios. Aquí vemos que el asunto parece venir de muchos años atrás, y ellos necesitaban una justificación, una racionalización. Llevado a sus raíces históricas más profundas, el asunto de la tierra de Canaán tenía sus raíces en unos antepasados remotamente lejanos (en este caso Noé y sus hijos) y el reclamo a la tierra prometida se remontaba a la maldición de Noé hacia uno de sus hijos por supuestamente haberle éste faltado al honor. Aquél que lea esto y esté de acuerdo con la idea de que los hebreos se merecen la tierra de Canaán porque un familiar de Noé pecó contra su padre, se convierte en el cómplice de una gran injusticia. Asuntos tan importantes como el derecho a la posesión de un pedazo de tierra no se pueden justificar alegando disputas familiares antiguas. Quien todavía siga estos patrones de pensamiento, comete la misma injusticia que ellos. La leyenda que sustenta esto es la de que Canaán, que es de quien los habitantes de Canaán derivaron su nombre, le falló moralmente a su padre, y que por eso Noé lo maldijo y lo condenó a ser siervo de sus hermanos. Suponemos que esto históricamente se tradujo en que todos los habitantes de estas tierras guerrearon contra los canaanitas, ya que ellos fueron malditos y estaban condenados a perder en manos de sus otros hermanos. ¡Y todo este lío le vino a los caananitas debido a que su antepasado más primitivo vio a su padre desnudo sin razón alguna!

Sepa que desde ahora en adelante usted verá dentro de la Biblia las declaraciones más absurdas acerca de Dios que libro religioso alguno pueda hacer acerca de su persona. Usted hallará a Dios "confundiendo", "rayendo gente" de sobre la faz de la tierra, mostrando intolerancia, celos, rabiando, no soportando las opiniones ajenas, en fin, verá un sinnúmero de cosas tan extrañas, que no se sorprenderá usted encontrar que en los primeros siglos del cristianismo algunos creyentes se atrevieron a decir que el dios del Antiguo Testamento era una especie de dios falso o "demiurgos". Podrá saber también que la santidad que se le exige al pueblo "escogido" no tiene nada que ver con un comportamiento que conduzca a la práctica de una sana devoción, sino que esta santidad tiene que ver con actitudes de intolerancia hacia los demás seres humanos que le rodeaban. Ahora seguimos con otra historia.

Génesis once nos narra la historia de la torre de Babel. Allí se afirma que todos los habitantes de la tierra tenían una misma lengua. La leyenda dice que los seres humanos salieron de un lugar que se llamaba oriente, y hallaron una llanura en una tierra llamada Sinar. Decidieron construir con ladrillos, cocerlos al fuego y edificarse ciudades. Puede ser que en este pasaje los hebreos estaban criticando la forma de construcción de edificios que tenían los antiguos habitantes de Babilonia. Cuando Dios "desciende" mira con desaprobación las construcciones de los babilonios y decide entonces esparcir a todos los habitantes por todo el mundo confundiendo su lengua original.

Hoy en día se ha comprobado que los idiomas del mundo se formaron debido a que la raza humana se esparció sobre la tierra, y después de muchos años los idiomas se fueron regionalizando hasta que de un idioma original nacieron varios idiomas distintos. Todos conocen el caso del idioma oficial del imperio romano, el latín, que dio origen a otros idiomas tales como el francés, el italiano, el español, el portugués y varios otros. Grandes estudiosos han descubierto que el idioma que se utilizaba en la India hace varios miles de años sirvió de base a muchos idiomas europeos, los cuales hoy en día ni siquiera guardan la más estrecha relación con el idioma de la India. Todos estos procesos tardan siglos. En nuestra época ya casi no se forman idiomas nuevos debido a que la imprenta ha hecho posible que los idiomas se mantengan idénticos por períodos de tiempo indefinidos. Pero en el caso de los babilonios, vemos que Dios condena sus preciosas construcciones de ladrillos de barro, tan perfectas que algunas de ellas nos han llegado hasta el presente y se conocen por el nombre de zigurat. Para el celo hebreo esto era algo muy soberbio y difícil de tolerar, y es por eso que cuando Jehová desciende decide mejor confundirlos a todos ellos y castigarlos esparciéndolos por toda la tierra.

"Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra" (Génesis 11:9).

Lo importante en el texto antes citado lo constituye el hecho de que Jehová es el que "confunde", que baja de los cielos para perturbar, y para causar desgracia a una gente que decide hacer una gran torre. Ante los ojos del hebreo, Dios se torna intolerante cuando sospecha que los seres humanos tratan de hacer algo que ellos no lo consideran razonable ante sus ojos. Es como si el dios de ellos viera todas las cosas desde su mismo punto de vista. Piense usted que en los territorios en donde estaban ubicados los zigurat cada vez que un judío pasaba por allí, el judío creía tener la explicación del porqué aquellos edificios habían sido abandonados. Es probable que tales edificios ya estaban abandonados para la fecha en que se compuso esta parte de la Biblia, y los hebreos pensaron que ellos tenían la explicación a este fenómeno.

Ahora continuamos con la historia de Abraham.

El capítulo once del libro de Génesis comienza la historia de Abraham, donde todavía se le nombra como Abram: "Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré" (Génesis 12:1). Sin excusa alguna que lo justifique, Jehová le promete que le va a regalar una tierra a Abram, cosa que puede considerarse como si Dios le estuviera otorgando un título de propiedad. Este título estaría dándole a él y su descendencia el derecho, y también el permiso, para reclamar la tierra que se les iba a entregar. Para todos los descendientes de Abram que le sucederían, quienes según el relato llegarían a ser tan numerosos como las estrellas del cielo (Génesis 15:5), la declaración que Dios le hace a Abram se convierte en el título de propiedad que les sirve de excusa para ir a conquistar una tierra que ya tenía otros pobladores antes que ellos.

"Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada" (Génesis 13:15-16).

Lo que se narra más adelante no parece ser un relato religioso, sino algo que evidencia una conquista mundana de territorios que no se lleva a cabo por una gente que se caracteriza por ser pacífica y santa, sino todo lo contrario, ellos los hebreos, se lanzaron a conquistar la tierra armados con armas mortales y asesinando con extrema crueldad a diestra y a siniestra. Quien lea todo lo relacionado con la conquista de la tierra de Canaán y no lo entienda así, está sembrando en su subconsciente la semilla de la injusticia esencial, y estará filtrando en su mente lo malo por lo bueno. Esa persona, si no se acaba de percatar de ello, está gravemente distorsionando su apreciación racional. Tan grandes injusticias, y luego cometidas supuestamente a nombre de Dios, distorsionan el entendimiento de los creyentes a tal grado, que muchos de ellos se aprestan a favorecer a políticos corruptos tiranos sin darse cuenta ni siquiera que el concepto de un verdadero Dios exige unos principios de sana ética tan altos y tan elevados, que no dan cabida para que los creyentes hagan yugo con la gente asesina y mala. Nosotros no podemos decir que creemos en el mandamiento que dice "no matarás", y luego quedarnos tranquilos cuando leemos en un libro que se considera "sagrado" que Dios envía, como si no hubiera dicho nada antes, a matar al prójimo. Si obramos de esta manera, estamos actuando como seres irracionales.

La conquista política del pueblo hebreo comienza con Abraham y el título de propiedad que supuestamente Dios le otorga. Muchos libros sagrados de otras religiones no comienzan otorgando títulos de propiedad injustos a nadie, ni hablan de que sus dioses manden a matar gente. Si usted lee los libros sagrados de los budistas, usted se encontrará con varias sorpresas, y una de ellas es que verá que en tales libros abundan consejos para no matar, exhortaciones a tener misericordia, y no encontrará que ninguna divinidad envía a asesinar a alguien. Irónicamente, estos son a los mismos que se dice que hay que "evangelizarlos" y convertirlos al cristianismo. Esos son los seres humanos que los creyentes bíblicos dicen que tienen un lugar separado en el infierno eterno, si ellos no deciden corromperse leyendo estos libros sagrados, y son contra quienes los cristianos se llenan de rabia, y se creen mejores que ellos porque piensan que sólo los cristianos están en la verdad, y los más fieles consideran que ellos están en la mentira. Quienquiera que abrace tal idea, debería de avergonzarse de sostener tales opiniones y avergonzarse también de pensar que los que no aceptan el cristianismo van a freír en el infierno por los siglos de los siglos porque no aceptan el cristianismo, pues lo único que puede verse que de veras existe detrás de todo esto es una actitud disimulada de intolerancia religiosa. Cuando el creyente lee las atrocidades que están escritas en la Biblia, y no existe quien le abra los ojos, están sembrándole intolerancia e irracionalidad. Muchas de las personas que andan por ahí predicando el "Evangelio", debería mejor mantenerse en silencio, porque ignoran que muchas veces lo que están contribuyendo a que el mal y la maldad crezcan en el mundo. De todos modos, hay que reconocer que el negocio de predicar se ha convertido en uno demasiado pecuniario como para ser abandonado por muchos quienes se ganan grandes fortunas predicando tales barbaridades.

Sodoma y Gomorra

Sodoma y Gomorra eran dos ciudades donde desde el punto de vista de los fieles abundaba la corrupción, y parece que, en criterio religioso, abundaban entre ellos los "pecados" sexuales. Probablemente estas dos ciudades fueron famosas durante el tiempo en que se cree que Abraham vivió en Oriente Medio. Algún suceso misterioso, un fenómeno natural o algo parecido, causó que las dos ciudades se destruyeran. Los arqueólogos han descubierto el lugar en donde se supone que estaban estas dos ciudades, y allí se encuentran grandes depósitos de minerales. Aún así, de la forma en que se hayan destruido no tiene tanta importancia, lo que cuenta para nuestro libro es que encontramos en el capítulo diecinueve de Génesis que Dios había enviado a dos ángeles a destruir a Sodoma y Gomorra. Este propósito es revelado por los dos ángeles cuando le comunican a Abraham:

"...porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor contra ellos ha subido delante de Jehová; por tanto, Jehová nos ha enviado para destruirlo" (Génesis 19:13).

Los judíos atribuyeron la destrucción de Sodoma y Gomorra a la intervención "milagrosa" de su Dios. Esta explicación los convierte a ellos en los dueños de la moral de las tierras de Canaán. La lógica sería que todos aquellos que ofendían a Dios, tenían que morir, y muchos ¡a manos de ellos!. Eso sí, allí estaban ellos prestos a cumplir y hacer cumplir la voluntad de Dios: ¡Por medio de la espada!

En el caso de Abraham hay cosas que añadir. En el capítulo dieciséis de Génesis la esposa de Abraham no le daba hijos, y ella misma le sugiere que utilice a una esclava para que ésta le de hijos. Abraham se "llega" con todo gusto a la esclava y luego nace un hijo. Cuando la esclava está en estado, se forma un chisme entre ella y la esposa de Abraham, acontecimiento que hace que la esclava huya de la casa de Abraham. En su huida ella se encuentra con el ángel de Jehová, quien le recomienda que vuelva a la casa de Abraham:

"Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano. Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud" (Génesis 16:9-10).

Fue de esta relación con Abraham que se dice que surgieron los árabes. Aquí se nota nuevamente la capacidad sutil de los hebreos de insultar a todos los que a ellos no le caen bien, porque reconocen que los árabes son sus parientes, pero no los consideran como hijos de buena fe, sino que son hijos de una relación ilegal del antepasado tribal de ellos con una "esclava". El apóstol Pablo no parece darse cuenta de esta injusticia se vale de la imagen de esta historia para darle un significado "alegórico" en el siguiente pasaje:

"Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno provienen del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre" (Gálatas 4:22-26).

Lo que Pablo afirma no borra lo injusto que es el hecho de que una mujer le entregue su esclava al marido, y después ella misma la difame por esto, como si hubiera sido la culpa de ella. Si la situación de una mujer esclava es de por sí bastante embarazosa, ¿cuánto más no lo sería si ella tenía un hijo del señor de la casa y la señora no lo hubiera tenido? Pero aquí no termina todo, pues la señora después tiene un hijo, y resulta que esto hace que empeore la situación de la pobre esclava.

Hacemos una pausa para hablar de Lot. Este señor Lot, después de la destrucción de Sodoma y Gomorra, se fue a vivir con sus dos hijas a una cueva (Vea el capítulo 19 de Génesis). Sus hijas, parece tenían un gran desespero de lujuria y debido a que no avanzaban a conseguir parejas, deciden tener hijos con su propio padre. Conspiran ellas para emborrachar a su padre, considerado como"el justo Lot" (según 2 de Pedro 2:7), y descaradamente se acuestan con a fin de tener hijos. Le dan a beber vino y él cae en un estado de amnesia del cual no se acuerda después de nada, pero de este acto incestuoso descarado nacen unos hijos, quienes se convirtieron en dos personajes que fueron los padres de otros dos grupos que según la Biblia luego fueron aborrecidos por los judíos: los moabitas y los amonitas. Fue de esta abominable forma en que nacieron los antepasados de los moabitas y los amonitas, a quienes luego, y debido a esta fábula, que la Biblia manda a destruir y a aborrecer. Este es otro caso en el cual los lectores fundamentalistas que defienden la Biblia no parecen darse cuenta de que aquí hay una gran asquerosidad. Ya, mucho antes de esta historia, habíamos visto a Dios eliminando a los habitantes de Sodoma y Gomorra con fiera crueldad, pero las hijas del "justo Lot" cometen una inmoralidad que no tiene nombre, la gran indecencia que es el incesto, y para ellas no existe castigo ni muerte, sino que el fruto de esta relación incestuosa es considerado solamente como los padres de dos grupos que luego fueron aborrecidos a muerte por los hebreos. En este sagrado libro tal parece que siempre son los inocentes quienes llevan la peor parte, y el empeño de sembrar intolerancia e irracionalidad en el pensamiento de los que leen, nunca cesa. Ahora pasaremos a estudiar la historia de José. Es bueno que nos detengamos un poco a hacer un análisis detallado acerca de algunos aspectos interesantes que veremos en la historia.

En la historia de José encontramos otra de las grandes contradicciones en el tema de la santidad en los héroes del Antiguo Testamento. José era el menor de los hijos que tenía Jacob: "Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez" (Génesis 37:3). Es evidente que aquí encontramos un tremendo favoritismo emocional, pues vemos a un padre teniendo favoritismo hacia un hijo contra los otros sólo porque este le había nacido cuando era viejo, aunque esto no termina aquí. José, el hijo, comienza a tener sueños premonitorios, y en esos sueños él veía que la fortuna no favorecía a sus hermanos. Los hermanos se enojan cuando escuchan a José narrar sus sueños de fatalidad hacia ellos; tanto, que deciden eliminar a su "hermanito". De primera intención ellos habían conspirado para matarlo, luego se arrepienten, y en cambio, deciden venderlo como esclavo a unos mercaderes que pasaban por sus tierras. Al pasar los años encontramos que José va a parara a Egipto, en donde vemos la historia de un hombre que está luchando por abrirse camino en la vida.

El primer amo que José tuvo en Egipto se llamó Potifar. Al poco tiempo la esposa de Potifar, quien encontró bien parecido a José, anhelaba tener relaciones sexuales con él, y éste, al no corresponderle, es acusado por ella de quererla violar, por lo que José va a parar a la cárcel. En la cárcel José se gana la confianza del carcelero y entonces le dan la oportunidad de adivinar los sueños de la gente. Su fama de adivinador de sueños permite que salga de la cárcel y alcance un alto puesto dentro de la corte del faraón. José llega a ser nada menos que gobernador en Egipto. Hasta nuestros días no ha habido ninguna prueba histórica de que algún hebreo haya ocupado el cargo que la Biblia dice que José llegó a ocupar en Egipto, pero la Biblia dice que José llegó a obtener un alto puesto. Esto le permitió ayudar a sus hermanos en un futuro. A pesar de que ellos habían cometido con él una grave injusticia, José los perdona, pues él ve en el asunto la mano del Dios de Israel en ello:

"Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros... Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación. Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto" (Génesis 45:5-8).

Los escritores bíblicos tenían una gran habilidad de convertir los propósitos malos en propósitos buenos. Esto es algo así como si nosotros pensamos que detrás de cada desgracia que nos sucede hay un propósito bondadoso, entonces asumiremos una actitud mucho más positiva hacia la vida que aquellas personas que no tienen el mismo pensamiento. A todo el mundo le suelen suceder desgracias y también cosas buenas. Pero lo que sucede en la Biblia tiene el propósito de enseñar a los creyentes unos ejemplos para que puedan soportar mejor la vida. Existen muchos ejemplos de esto en la Biblia. Pero no podemos pasar por alto los asuntos que son de importancia para el tema que estamos tratando aquí ¿Es un buen ejemplo de justicia el hecho de que Jehová tenga el propósito oculto de favorecer a un muchacho que era preferido por su padre sin causa que lo justifique? ¿Estaban los hermanos de José en lo correcto por sentirse mal acerca de la preferencia de su padre por el hermano menor? Recordemos que en los tiempos antiguos existieron muchos problemas por causa de las herencias. Las herencias se entregaban por medio de "bendiciones" y por la palabra que un padre empeñaba en ellas. En las sociedades patriarcales el jefe de la tribu o el padre de familia era el que decidía todas las cuestiones, entre ellas también las de las herencias. Esto ocasionaba muchos conflictos y peleas. Con esto no estamos diciendo que justificamos la conducta de los hermanos de José, pero por lo menos debemos de entender esto claramente. Los hermanos tal vez tuvieran la razón, porque ellos pensaban que ellos tenían más derechos que el hermano menor, desde el punto de vista de la herencia, aunque lo que hayan hecho estaba mal. Pero la actitud de pensar que José estaba correcto todo el tiempo y no discernir las circunstancias particulares del caso, tuerce el entendimiento y siembra injusticia en la mente de los creyentes que no estudien esto con detenimiento. Recomendamos al creyente fundamentalista que mejor examinemos bien las historias de la Biblia para que nadie venga a manipularlo aprovechándose de las cosas absurdas que siembra en la mente el libro sagrado.

El hijo de Abraham, Isaac, era un hombre sencillo, a juzgar por lo poco que se habla de él, en términos de hazañas y proezas. Para propósitos de nuestro escrito, Isaac no es el que nos atañe, sino sus hijos. Los hijos de Isaac fueron gemelos. Estos dos varones fueron los padres de dos naciones. Más adelante, en sus epístolas a las iglesias, Pablo explica esto en Romanos, haciéndolo de forma alegórica. Sus nombres fueron: Jacob y Esaú. Se suponía que Esaú había nacido primero que Jacob. Por lo tanto, a Esaú le correspondía toda la herencia de su padre. Según los pueblos primitivos, distinto a las leyes modernas de herencia, el hijo varón y mayor de la familia, se constituía en el legítimo heredero de todo los bienes de la casa paterna. La historia de Jacob y Esaú es la historia de un engaño de Jacob por robarle a Esaú su primogenitura; o sea, por robarle su derecho a la herencia paterna. Jacob se vale de muchos trucos para que Esaú le entregue este derecho. El primer incidente en el que Jacob engaña a Esaú lo encontramos cuando Jacob logra que Esaú le venda la primogenitura en una ocasión en que Esaú tenía hambre, porque había ido a cazar animales. Por medio de un engaño bien conspirado, Jacob logra que Esaú le venda la primogenitura. Años después, Isaac, el padre, se encuentra muy viejo, y parece que decide bendecir a Esaú para entregarle su derecho a la herencia. Jacob se disfraza como su hermano Esaú, y comparece ante su padre ciego a fin de arrancarle el derecho que le correspondía a su hermano. Después que el padre bendice al que no le correspondía, Esaú se enoja tanto que quiere matar a Jacob. Jacob huye de la presencia de Esaú para salvar su vida. Todo este asunto del nacimiento de los dos hermanos, y todo lo que sucedió en las vidas de estos, fue explicado teológicamente por Pablo en la epístola a los Romanos. Previendo Pablo que este asunto era delicado y un tanto injusto, y que podía comprometer la imagen misma de Dios, inventa una excusa bastante extraña:

"...también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama) se dijo: El mayor servirá al menor. Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia (...) De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece. Pero me dirás: ¿Por qué, pues inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?" (Romanos 9:10-21).

Pablo justifica el hecho de que Jacob fuera tan usurpador y tramposo, con la excusa de que era la voluntad de Dios que Jacob fuera el "escogido"; hasta lleva el asunto tan lejos como hasta el vientre de la madre de ambos muchachos. Según el disparate que explica Pablo, Jacob fue "escogido" antes de nacer, para que se probara la doctrina de la elección incondicional (Romanos 9:11). Sabemos que elegir a alguien por encima de otro sin dar explicación justa, es algo tan abusivo y tan arbitrario que la única respuesta aceptable que puede dar Pablo es que Dios hace como él quiere y nadie puede cuestionarlo. Por eso, Pablo pregunta: "¿quién eres tú para que alterques con Dios?". Como no hay ni la más mínima posibilidad de razonamiento válido en este caso, Pablo recurre al argumento de la fuerza, pues el solo hecho de preguntarle a los hombres que quiénes son ellos para altercar con Dios, no es un razonamiento, sino un argumento de fuerza. La Biblia resuelve muchos problemas apelando a argumentos de fuerza, como si Dios no fuera capaz de ofrecer razonamiento alguno. En cualquier ocasión o lugar en que el pueblo tiene derecho de exigir que se le de una razón por qué, lo que reciben son argumentos superficiales y son obligados a obedecer sin derecho a cuestionar. Esta es la manera bíblica de resolver los problemas más complicados de la sociedad. Y es la manera que usa la Biblia para imponer sus creencias a todos los que aceptan someterse a su autoridad.

Podemos leer el libro de Génesis completamente y podemos percatarnos que aún no encontramos en este libro enseñanzas dignas de ser imitadas por nadie. Comparado con los libros de otras religiones que consideramos mucho más espirituales que la de la Biblia y sus derivadas, los comienzos del libro sagrado de los hebreos no contiene métodos válidos para llevar una genuina devoción a Dios. Para lo mejor que puede servir este libro es como registro político de historias de un pueblo nómada que triunfó sobre otros pueblos en su lucha por sobrevivir. No hay nada en este libro que nos sirva de ayuda para que mejoremos nuestras vidas y anhelemos ser mejores creyentes. Lo que el lector verá que abunda en este libro son riñas familiares; riñas entre pastores (ver 26:19-20); hermanos que quieren matar a otros y engañan al padre (ver el capítulo 37); la historia de la venta de José por sus hermanos; mujeres que habitan en un solo techo pero riñendo unas con otras (como en el caso de Sara y su sierva); en fin, cientos de cosas negativas, vanas, superficiales y absurdas, que no sirven para ayudarnos a progresar espiritualmente. ¡Y pensar que nosotros pensamos que los paganos se van a ir al infierno por no aceptar lo que nosotros leemos y aceptamos como santo! Ahora nos toca ahora pasar a la vida de Moisés.

Moisés fue uno de los hombres más importantes en la historia de la Biblia. Fue el líder que sacó al pueblo de la esclavitud en Egipto y fue el hombre que escribió las leyes que servirían de base para formar la cultura y la sociedad judía. Uno de los contemporáneos de Moisés lo describe con una característica muy peculiar, la cual está escrita en el libro de los Números, capítulo doce, versículo tres:

"Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra".

Es preciso que tomemos nota acerca de que Moisés era el hombre más "manso" que todos los otros hombres que había sobre la tierra, porque de no ser así, no se entendería entonces la razón por la cual el escritor estaría diciendo esto. ¡Santo Dios!, pero esta gente parece que todo lo hace al revés, pues veamos la historia de Moisés.

Nace Moisés en una época muy peligrosa para los hebreos que vivían en Egipto. El libro de Éxodo nos dice que un varón de la familia de Leví tomó por mujer a una hija de Leví y ésta concibió y dio a luz un hijo que era muy hermoso. Como el faraón de Egipto había mandado a todas las parteras de las hebreas a matar a todos los niños varones que le nacieran a las mujeres hebreas, su madre lo decide echar por el río para tratar de salvar su vida. Moisés es recogido por la hija del faraón y ésta decide criarlo como hijo suyo. Por suerte y casualidad la madre de Moisés fue la llamada a servir como nodriza de su hijo. Ella recibió paga por criar a su propio niño, el cual fue llamado por la hija del faraón por el nombre de Moisés. Cuando Moisés creció se encuentra un día entre los hebreos y observó que un egipcio estaba golpeando a unos hebreos. Es entonces cuando el más "humilde y manso" de los hombres mata al egipcio que estaba abusando de los hebreos. Luego lo esconde dentro de la arena para que nadie se dé cuenta de su crimen. Al otro día él ve a dos hebreos peleando entre sí y cuando se les acerca para separarlos ellos le comunican que saben que él había matado a un egipcio. Esto hizo que Moisés se fuera huyendo de Egipto para no vivir nunca más allí.

A nuestro entender cuando se dice que una persona es humilde y buena, es porque tal persona no se enoja con facilidad. Tampoco pierde la ecuanimidad de su carácter en ningún momento. ¡Oh, la Biblia! En la Biblia el hombre más manso que todos los otros que existen sobre la tierra comienza su historia religiosa matando a un hombre y termina huyendo de la tierra en que nació.

Después que Moisés huye de Egipto, se va a servir de pastor a Jetro, que ya se había convertido en su suegro poco antes. Estando Moisés sirviendo en el campo se le aparece el ángel de Dios para llamarlo a un ministerio. Moisés ve una planta que arde como si se estuviera quemando, pero no se quemaba. Al ver este fenómeno extraño, Moisés se acerca a observarlo, y es entonces cuando Dios lo llama. Jehová le dice a Moisés que él estaba cansado de que el pueblo hebreo estuviera sirviendo de esclavo en Egipto, y que está cansado de que el pueblo sufra mucho a causa de la opresión (ver Éxodo capítulo 3). Moisés oye de la boca de Dios que Dios piensa librar a su pueblo y llevarlos a unas tierras en donde ya estaban habitando los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos, y jebuseos (Éxodo 3:8). Ya antes habíamos visto cómo fueron los orígenes de estos pueblos según sus antepasados. Recordemos cómo Canaán vio la desnudez de su padre Noé y por esto recibe tremendo castigo. Aquí vemos que los caananitas, que eran sus descendientes, estaban siendo condenados a muerte, porque el hecho de que se les entreguen sus tierras a los hebreos para que ellos las conquisten, significa que se les está dando permiso a los hebreos para que exterminen a los cananeos. ¿Y quién va a tener misericordia de una gente que son los descendientes de gente corrupta e inmoral? De aquí en adelante vamos a ver muchos casos en donde se eliminan cruelmente a personas por el grave delito de ser inmorales. En otras palabras, la lógica que se sigue aquí es que: a la gente que es inmoral hay que matarla, pues no merecen vivir. Pero la gran mayoría de los que no ven nada malo en cosas como estas no piensa que matar es uno de los pecados más grandes que pueda cometer un ser humano. Es un pecado aún mayor que el de ser inmoral. El pecado de matar, como todos sabemos, significa privar a otro de su vida. A la gente que se le permite vivir se le está dando la oportunidad de cambiar de sus malos caminos; pero matar a alguien, significa que no se le da ni la más mínima oportunidad para mejorar. Veamos lo que Jehová dice a Moisés cuando lo llama para ser el instrumento que él iba a utilizar para sacar a los hebreos de Egipto:

"El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel" (Éxodo 3:9-10).

Jehová llama a Moisés para que vaya a libertar al pueblo de Israel. Lo que aquí es una liberación para los hebreos, constituye la sentencia de muerte para los pueblos de las tierras que supuestamente se les entregaron a los hebreos. Los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos, y jebuseos son indirectamente enviados a una segura muerte, ya que ellos estaban ocupando los terrenos que Jehová ahora estaba regalando a su pueblo "santo" de Israel. Para llevar a cabo esto, Moisés iría a buscar a este pueblo y rescatarlo de las manos duras del faraón de Egipto.

La futura conquista, que se va a caracterizar por ser una de naturaleza cruel y violenta, ya está tomando una justificación divina. Ya el asunto se torna aquí un poco extraño, claro está, extraño para toda aquella gente que hoy en día piensan a la manera pacifista y están aceptando estos escritos como una revelación divina. A las masas cristianas no se les permite estudiar esto a fondo. Nadie parece ver estas contradicciones en estos escritos. Esta falta de discernimiento contribuye grandemente a que las masas cristianas sean manipuladas por políticos y líderes religiosos corruptos. Leer pasajes como estos sin percatarse que aquí existen unas tremendas injusticias, puede ser la semilla que abra las puertas para que le crezcan unos disparates de lógica inmensamente perjudiciales en la razón de los creyentes. La irracionalidad que se está enraizando en tales mentes es tan cruda, que tales personas no podrán ser capaces de discernir todas las injusticias que puedan suceder a su alrededor. Por siglos y siglos el cristianismo ha sido engañado por hábiles políticos que manipulan a las masas cristianas y las llevan para donde ellos quieren. Si se piensa que Dios manda a matar a la gente que es inmoral, una consecuencia lógica que se puede derivar de esto es la de que podemos ir a los ejércitos de los países que profesan el cristianismo y podemos matar en una guerra a la gente que no es cristiana. Caeríamos en el mismo error de esta gente que pensaba que matar no era malo porque Dios les estaba regalando un territorio lleno de "paganos". Luego veremos también de qué forma tenían que aplicar la violencia que ellos utilizaron, y la manera intolerante en que trataron a los habitantes de las tierras que ellos tomaron.

Jehová promete que va a sacar a los israelitas de la tierra de Egipto, pues decide rescatarlos de la mano del faraón. Para cumplir con esto, él promete que hará grandes maravillas: "Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir" (Éxodo 3:20). Mucha gente habla de las grandes maravillas y milagros que hace Jehová para sacar al pueblo hebreo de Egipto, pero vea usted en qué consisten esas maravillas:

Primera maravilla: Una plaga de ranas (Éxodo capítulo 8).

Segunda maravilla: Piojos (capítulo 8).

Tercera maravilla: Moscas (capítulo 8).

Cuarta maravilla: Enfermedades en el ganado (capítulo 9).

Quinta maravilla: Plaga de úlceras (capítulo 9).

Sexta maravilla: Una plaga de granizo (capítulo 9).

Séptima maravilla: Una plaga de langostas (capítulo 10).

Octava maravilla: Una plaga de tinieblas (capítulo 10).

Novena y última de las maravillas, donde nuevamente nos encontramos con el problema de siempre, con el pago de culpas por los inocentes: Muerte de todos los primogénitos de los egipcios (capítulo 11).

El hecho de que se refieran a estos milagros como "maravillas" nos hace pensar de algo que es digno de ser admirado. Quien hace maravillas las hace para ser elogiado. Pero, ¿qué maravillas son éstas de las que nos hablan aquí? Los hijos primogénitos de los hebreos se salvarían de esta última maravilla si hacían lo siguiente:

"Y Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad y tomaos corderos por vuestras familias, y sacrificad la pascua. Y tomad un manojo de hisopo, y mojadlo en la sangre que estará en un hebrillo, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana. Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir. Guardaréis esto por estatuto para vosotros y para vuestros hijos para siempre" (Éxodo 12: 21-24).

Si uno se pone a pensar seriamente acerca de lo que se nos dice en estos versículos, realmente es algo que no se puede comprender a primera vista. Un Dios que exige a su gente que cada familia sacrifique y luego pinte de sangre un lugar de la casa para que él no mate a los primogénitos de los que obren así, parece una burla. Más bien esto parece ser la actitud de una mentalidad primitiva. De la misma teología cristiana se sabe que Dios no necesita que nadie ponga sangre en ningún lugar a fin de recordar lo que debe o no debe hacer, pues esto atenta contra los atributos divinos predicados por el cristianismo. Si Dios es omnisciente y posee tantos atributos perfectos, obviamente que no necesita de ningún ritual para recordar lo que debe hacer. No tenemos ni la más mínima idea con lo que se quiere comparar a Dios aquí, puesto que no conocemos de ningún animal o ser que se satisfaga viendo la sangre cuando va a cometer un acto criminal (nadie nos puede refutar aquí, pues ¿qué es matar sino un acto criminal bárbaro?) y luego desista de matar.

A la medianoche de aquella fecha Jehová pasa hiriendo a todos los primogénitos de la tierra de Egipto (ver Éxodo 12: 29). Nuevamente el Dios de los hebreos hace lo que sólo él sabe hacer por repetidas veces: matar. Luego cuando el pueblo hebreo sale de Egipto, sucede la próxima ejecución de enemigos: En el Mar Rojo. Pero en el caso del Mar Rojo no hay una injusticia muy grave, puesto que el faraón y sus tropas estaban persiguiendo a los hebreos para matarlos. Aquí puede alegarse legítima defensa. "Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno" (Éxodo 14:28). El asunto del cruce del Mar Rojo concluye con un cántico o poema de victoria sobre el faraón y sus ejércitos. Fue cantado por Moisés y María, en el capítulo quince. Un versículo tal vez muy importante es el versículo seis del capítulo quince:

"Tu diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en poder; Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al enemigo" (Éxodo 15:6).

Aquí las maravillas y el poder de Dios son alabados pero en base a unos asesinatos. El poder de Dios es alabado por matar, pues por medio de estas maravillas se ha eliminado físicamente al enemigo. La mano derecha, "la diestra" de Jehová, ha eliminado al faraón de Egipto y a sus ejércitos. Los poetas sagrados compusieron estos versos para cantar ante el pueblo estas maravillas para que se recuerden por siglos y siglos. Otras religiones, que nosotros decimos que son "paganas", hablan en sus libros de cosas verdaderamente espirituales, hablan de no-violencia y pacifismo y otros principios elevados, pero los "hermanos" cristianos siguen diciendo que esta gente va a ir al infierno. En el libro "sagrado" hay poemas que glorifican asesinatos y muertes. ¡Y se acepta que estas muertes vienen de parte de Dios! ¿Podrá alguien ver lo grave del asunto? ¿Podrá alguien ver lo injusto que resulta esto? Pero los líderes religiosos siembran la irracionalidad esencial con cosas tan absurdas. Seguimos ahora con la historia de Moisés y con las cosas que éste hizo.

Después que Moisés conduce al pueblo al otro lado del Mar Rojo, el pueblo santo estaba desorientado y desconfiaba de Moisés. Recordemos que después se dice que este era un pueblo "duro de cerviz" (Éxodo 32:9). Ellos se quejaron de beber agua amarga en Mara (Éxodo 15:22-27), se quejaron del maná, (Éxodo 16), hasta que llegaron a la peña de Horeb, donde se dijo lo siguiente:

"Y Jehová dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y ve. He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel. Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?" (Éxodo 17: 5-7).

Los dos nombres que se le dan al lugar en donde el pueblo toma agua de la peña son significativos, pues estos nombres quieren decir en el original hebreo: prueba y rencilla respectivamente. En la Biblia se dan estos nombres en su original hebreo: Masah y Meriba. El hecho de que en un idioma se den unos nombres que son claros y perfectamente entendibles pero que cuando se van a traducir a otro idioma se utiliza el idioma original para referirse a ellos, es un asunto de interpretación filosófica. Los indios de Norteamérica tenían nombres de la misma forma en que los hebreos se ponían sus nombres. Por ejemplo, un indio se llamaba "Toro Sentado" y otro se llamaba "Aguila Dorada". Podemos observar que los hebreos tenían una costumbre parecida, a juzgar por la manera en que los hebreos eran llamados por su nombre. Si usted lee detenidamente el Antiguo Testamento puede darse cuenta de que lo que decimos aquí es correcto. Los hebreos tenían nombres perfectamente entendibles. Ismael se llamaba correctamente "Dios Oye", porque esto era lo que realmente se pronunciaba en hebreo cuando se pronunciaba su nombre (Ver Génesis 16:11). Isaac era "Padre Enaltecido" (Ver Génesis 17:19, en la versión de 1960 de la Biblia Protestante de Reina Valera, se traduce el significado de los nombres importantes, con notas al calce, tanto de personajes como de lugares famosos). Casi todas las sociedades en etapa tribal, tenían esta costumbre de nombrar los lugares y la gente. Pero la costumbre de no traducir los nombres al idioma que no es el mismo del original, parece que fue una costumbre de los eruditos de los primeros siglos del cristianismo. También era una costumbre entre los romanos. La Iglesia de Roma tomó esta costumbre y vemos que sus teólogos usaban esta manera de referirse a los nombres de personas que tienen su origen en un idioma que no es el natural del que está traduciendo. De ahí que toda la cultura occidental cristiana es responsable de "enajenar" los nombres de las personas, cuando produjo nombres tales como Pablo, Pedro, José, Santiago, y un sinnúmero de nombres que nosotros no entendemos su significado. No estoy sugiriendo que cambiemos ahora la manera de nombrarnos, porque considero que esto es bastante irrelevante, ahora que hemos tenido una larga tradición de siglos en esta vieja costumbre, pero es cierto que debemos de reconocer esta gran verdad.

Después que el pueblo hebreo cruza el Mar Rojo, Jehová le dicta a Moisés unas leyes. Lo que vamos a ver de ahora en adelante, aunque parezca que nosotros ya estamos prejuiciados, es la implantación de las leyes más injustas que se hayan escrito en algún libro religioso. Hay que abrir los ojos ante esta realidad. Si Israel es verdaderamente un pueblo santo y escogido, debiera de ser el pueblo con las leyes más justas y buenas del universo, un ejemplo para todos los pueblos del mundo, pero podrán ustedes ver que esto no es así.

Primero se escoge al pueblo de Israel, sin motivo ni causa alguna para ello. Se declara que son el "especial tesoro" de Dios:

"Ahora pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque es mía toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel" (Éxodo 19:5-6).

Un pueblo de sacerdotes y de gente santa, por lo tanto, debe ser un pueblo que le sirva de ejemplo a la humanidad. El Dios que haga tal señalamiento debe fundamentarlo con las leyes y preceptos más justos y bondadosos del universo. Pero veamos cual fue la naturaleza de las leyes que Jehová dictaba desde sus comienzos. La primera manifestación de Jehová para Israel, la hace desde el monte Sinaí. Pero vemos que fue una manifestación para infundirle miedo a los israelitas, porque fue acompañada de truenos y relámpagos. Parecía como si un volcán se hubiera querido tragar al pueblo hebreo cuando Jehová decide hablarles como pueblo:

"Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera. El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante. Y descendió Jehová sobre el monte; y llamó Jehová a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió. Y Jehová dijo a Moisés: Desciende, ordena al pueblo que no traspase los límites para ver a Jehová, porque caerá multitud de ellos. Y también que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos estrago" (Éxodo 19:17-22).

A consecuencia de esta terrible manifestación (la cual era obvio que tenía la intención de aterrorizar al pueblo) el pueblo se aterroriza y le dice a Moisés que: "no hable Dios con nosotros, para que no muramos" (Éxodo 20:19). La primera manifestación de Jehová al pueblo escogido y santo es una manifestación que lo que parece que se les estaba manifestando allí era una especie de dragón o animal feroz que los quería aterrorizar para someterlos a la obediencia. O tal vez esta sea la manifestación de un dictador "draconiano" para sembrar el terror al pueblo que quiere someter a la obediencia. Muchos han alegado que Dios antes trataba a Israel de esta manera porque ellos estaban en una etapa primitiva dentro de la religión. Otros alegan que era que a ellos había que someterlos de esta manera, porque en la época en que ellos estaban viviendo no se derramaba el Espíritu Santo sobre todas las criaturas, y por lo tanto, la única manera que Dios tenía para hacerlos obedecer era sembrando el terror. Pero ninguna excusa es válida para pintar a Dios como un ogro. ¿Acaso no podemos nosotros percatarnos de este asunto tan horripilante? Mientras aquí, en los países de Oriente Medio, se estaba pintando un cuadro tan terrorífico de la divinidad, en la India ya los maestros de Yoga estaban hablando de dioses bondadosos y hablaban de la no violencia. Pero para los hebreos Dios no es pacifista, pues sus mismos profetas lo habían descrito como: "Jehová es varón de guerra" (Éxodo 15:3). Pero como para los creyentes ellos no estaban en la verdad y ellos son paganos, a ellos le tocaría la desgracia de los infiernos. ¡Aunque lo mejor que la Biblia conciba sea la clara imagen de un ogro maligno que a todos aterroriza! Ahora, sigamos viendo las leyes justas.

La desobediencia y la transgresión de las leyes impuestas por Jehová se pagaba muy caro, ciertamente demasiado caro. Una cosa es cuando un gobierno castiga al delincuente, pero otra cosa es imponer unos castigos por la transgresión religiosa. Habíamos mencionado que Jehová imponía castigos "draconianos". El concepto "draconiano" surge de la antigua Grecia en donde existió un legislador llamado Draco quien imponía castigos severos por delitos pequeños. Por lo tanto, cada vez que alguien castiga a la gente con castigos demasiado crueles por ofensas insignificantes, se le considera "draconiano". Este es el caso de Jehová. ¿Todavía hay gente que insiste que los castigos del Antiguo Testamento eran justos? Sigamos estudiando la Biblia.

El que le hiciera malacrianzas a sus padres era condenado a la muerte. Éxodo dice: "Igualmente el que maldijere a su padre o a su madre, morirá" (Éxodo 21:17). El que fuera hechicero tenía que morir (ver Éxodo 22:18). Asimismo el que hablara mal en contra de Jehová -¡santo Dios!- era eliminado pagándolo con su vida. También Moisés mandó a que se preparara un aceite para ungir, el aceite de la santa unción, pero este aceite tenía que ser administrado correctamente, porque si no, la vida del que le diera mal uso peligraba: "Cualquiera que compusiere ungüento semejante, y que pusiere de él sobre extraño, será cortado de entre su pueblo" (Éxodo 30: 33). Así se haría también contra el que hiciere lo mismo contra el incienso santo:

"Como este incienso que harás, no os haréis otro según su composición; te será cosa sagrada para Jehová. Cualquiera que hiciere otro como este para olerlo, será cortado de entre su pueblo" (Éxodo 30: 37-38).

La mayoría de las cosas por las cuales el israelita promedio iba a pagar con su vida, eran cosas un tanto triviales. Cualquier persona que en el presente imponga leyes semejantes en cualquier lugar del mundo, sería considerada como un sangriento dictador que no posee ni el más mínimo trazo de misericordia. Pero a la gente que lee esto que está escrito aquí no se le ocurre ni en lo más mínimo pensar en lo impropio de esto, y ni siquiera parecen percatarse de ello. Imagínese usted, que enviaran a la muerte a uno de sus hijos queridos, sólo por gastarle a usted una malacrianza. Que una persona muera porque no hace buen uso del incienso santo, es tremenda injusticia, y es una ley sólo digna de ser legislada por un dragón o un demonio. En la Biblia protestante, en el capítulo veintidós del libro de Éxodo, pusieron el título siguiente: "Leyes Humanitarias". Pero en ese mismo capítulo hay una ley que dice: "A la hechicera no dejarás que viva" (versículo 18). El versículo veinte dice esto: "El que ofreciere sacrificio a dioses excepto solamente a Jehová, será muerto". Otro versículo que es bastante parecido al anterior dice: "Y nombre de otros dioses no mentaréis, ni se oirá de vuestra boca" (Éxodo 23:13). Recordemos que todas estas advertencias se le hacían al pueblo hebreo bajo amenaza, porque en otro lugar del mismo libro dice bien claro que:

"He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él" (Éxodo 23:20-21).

No menos injusta era la famosa ley que declaraba el sábado como día sagrado y santo, pues el que cometiera el error de tan siquiera trabajar un sábado, también lo pagaba con su vida: "Cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá" (Éxodo 31:14). Ahora vamos a ver un caso bien ilustrativo, tomado de la Biblia también, de la historia de Moisés, el manso y humilde.

El escritor sagrado nos dice que Moisés se tardaba mucho en bajar del monte Sinaí. Debido a esta tardanza, el pueblo se desesperó y decide entonces ir a donde Aarón, y le dicen: "Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos que le haya acontecido" (Éxodo 32:1). Entonces, ¡por idea de Aarón!, todo el pueblo decide hacer un becerro de oro, para adorarlo. Parece que Aarón estaba un poco confundido, porque vemos que él insistía en el nombre de Jehová, a pesar de que el pueblo ya estaba declarando otros dioses ajenos (ver Éxodo 32:5). El pueblo entonces celebra una gran fiesta en honor al becerro, pero el asunto llega a los oídos de Moisés a través de Jehová, el cual se enoja grandemente. Moisés regresa al pueblo y ve con sus propios ojos y oye de la boca de Aarón lo que ha acontecido. Esto llena de tanta rabia a Moisés, que rompe las tablas donde él traía escrita las leyes que Jehová le había escrito con su propio dedo. Pero todo no se termina aquí, pues parece que el enojo que tienen Jehová y sus santos deben de pagarlo la gente con su vida, pues sucede algo terrible:

"Y tomó el becerro que habían hecho, y lo quemó en el fuego, y lo molió hasta reducirlo a polvo, que esparció sobre las aguas, y lo dio a beber a los hijos de Israel. Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado? Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado al mal. Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Y yo les respondí: ¿Quién tiene oro? Apartadlo. Y me lo dieron, y lo eché en el fuego, y salió este becerro. Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos, se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví" (Éxodo 32: 20-26).

Notemos que Moisés tuvo un gran coraje, coraje que tuvo consecuencias terribles. Viendo ejemplos como estos, podemos explicarnos el hecho de que muchos creyentes bíblicos cuando se enojan dicen que les ha dado a ellos una "ira santa". Aún así, leemos y entendemos que se está responsabilizando por el pecado del pueblo a Aarón, porque se declara que el desenfreno del pueblo era a causa de que "Aarón lo había permitido", aunque al pueblo es al que se le castiga, ¡Y con qué castigo nada menos! Moisés dice que Jehová le dijo que matara:

"Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente. Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres" (Éxodo 32: 27-29).

El pueblo no había ido a matar a nadie ni a guerrear en contra de la autoridad de Moisés. El pueblo sólo había querido divertirse de la manera en que ellos lo conocían. Una buena reprimenda hubiera sido suficiente, pero eliminar a tres mil personas en una carnicería tan grande, es algo que no tiene comparación en los anales de la historia religiosa. Aún mucho más triste es lo que después de suceder esto Moisés le dice al pueblo:

"Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado a Jehová, pues cada uno se ha consagrado en su hijo y en su hermano, para que él dé bendición hoy sobre vosotros" (Éxodo 32:29).

Referirse al asesinato de tres mil personas como algo que los ha "consagrado a Jehová", para que él les dé una bendición por ello, es inaudito. Decir que el pueblo se ha consagrado a Dios a causa de eliminar físicamente a los hijos y hermanos, es una especie de injusticia tan grande, que casi nos atrevemos a sugerir que es hasta vergonzoso opinar que este es un libro santo. Sólo aquéllas personas que son víctimas de la irracionalidad esencial leen esto y no pueden ver la realidad. La falta de razón en cuanto a esto los hace caer en el error de la injusticia esencial. Hay también intolerancia esencial en el asunto de que no se le perdona a nadie el hecho de haber estado en una fiesta a otros dioses ajenos. Estos tres conceptos (irracionalidad esencial, injusticia esencial e intolerancia esencial) son una especie de trinidad maligna que abunda en las páginas de este "sagrado" libro de historia. La misma gente que lee en el Nuevo Testamento palabras muy bonitas de aliento y de paz, no se percata de lo terrible de los versículos anteriores. Ya veremos otros casos mas adelante en donde el "celo" por Jehová se manifiesta de forma parecida a la anterior. ¿Qué mente puede reconciliar tan grandes contradicciones sin hacerse daño a su juicio? Todas estas contradicciones fueron las que dañaron al cristianismo por todos los siglos en que este dominó el panorama de Occidente. Graves injusticias se cometieron a nombre del cristianismo. Cuando los primeros creyentes fueron legalizados por el imperio romano, ellos comenzaron a tener pugnas y debates. Acudían a la autoridad del emperador a fin de que este los favoreciera políticamente. No fueron pocos los padres de la iglesia cristiana que pidieron a los emperadores que persiguieran e hiciera ilegal a la gente que tenía otros tipos de dogmas diferentes a los que ellos aceptaban. ¡Ay de aquellos de quienes los primeros cristianos declararon como herejes dentro del Imperio cristiano, pues llegaron a pagarlo con sus propias vidas! Influenciada por la lectura del Antiguo Testamento, los cristianos desarrollaron un juicio torcido, que no les permitía ver sus propios errores. Pero esta fue la gente que produjo el canon del Nuevo Testamento. Acerca de esto hablaremos mucho más adelante.

Varios días después de la matanza de los tres mil, Jehová decide hacer una manifestación a Moisés. Lo más interesante del asunto es la descripción que se hace acerca de la naturaleza de Jehová, al éste manifestársele a Moisés:

"Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación" (Éxodo 34: 6-7).

¿Cómo es posible que el dios de los hebreos sea todo bondadoso y misericordioso cuando castiga a gente que nada tiene que ver con el pecado de otra? Castigar la iniquidad de los padres sobre los hijos, y mucho más hasta la tercera y cuarta generación, es la completa negación de la misericordia y la piedad, porque esto significa castigar a los inocentes por los pecados que ellos no han cometido. También, responsabilizar a los que no tienen la culpa de algo que no cometieron de lo único que puede calificarse es de injusticia. Definitivamente que aquí lo que menos puede verse es misericordia o piedad. ¿Acaso nadie puede ver esto claro?

Además de graves injusticias, se siembra la mas abyecta intolerancia, intolerancia que raya en los predios de la locura, pues el pueblo escogido tenía que odiar los otros dioses de los pueblos que iban a conquistar. Los hebreos tenían que ir a guerrear para conquistar las tierras que se les había prometido. No se les permitiría ni siquiera dejar vivos a los habitantes de aquellas tierras para hacer alguna alianza, pues para Jehová esto podía ser motivo de contaminación. Años mas tarde, en la época de Esdras y Nehemías, veremos que el pueblo nunca pudo cumplir con este mandato, pues a causa de haber encontrado extranjeros dentro de las familias del pueblo, Nehemías reprende y maldice y manda a azotar a algunos de ellos. También llega al extremo de arrancarle los cabellos a algunos (ver Nehemías 13:25). Si tenemos que matar a fin de conquistar una tierra, y si luego se nos arranca hasta el pelo por no haber sido lo suficientemente intolerantes como para haber hecho algunas concesiones con los pueblos conquistados, lo único que podemos abrigar en nuestros corazones es la falta de respeto hacia los demás. Y si no debemos de respetar ni sus vidas, nunca podremos discernir con claridad en nuestros corazones acerca de la verdadera santidad. Jamás podremos tener sentimientos de amor hacia el prójimo si leemos en nuestros libros sagrados que nuestro Dios nos manda a matar y a no tener compasión de los que nos rodean. En nuestros días anda mucha gente por ahí que cuando van a predicar no muestran ninguna clase de respeto por los que oyen el mensaje y los amenazan con el castigo del infierno. Si verdaderamente yo creo que el Dios que yo represento no va a ser capaz de perdonar a nadie que hable mal de él, y por este grave pecado esta persona se merece un tormento horrible por toda una eternidad, ciertamente que yo no voy a demostrar ninguna clase de consideración hacia mi prójimo. ¿Por qué yo mismo habría de mostrar alguna misericordia por alguien que ni siquiera Dios mismo lo va a perdonar y no le muestra respeto? Argumentos como estos tan sólo son válidos para crear soldados que acudan a la guerra por una causa. ¿Qué tan lógico nos suena ahora el título de "Jehová de los ejércitos?".

La historia de Moisés continúa con la legislación de muchas leyes concernientes al pueblo hebreo y su comportamiento social. El libro de Levítico continúa la biografía de Moisés con las leyes y algunas cosas que sucedieron durante su vida. Se establecen unas leyes para los sacrificios de animales, y se le asigna a Aarón y a su descendencia que puedan comer parte de lo que se sacrifica a Dios:

"Y lo que resta de la ofrenda será de Aarón y de sus hijos; es cosa santísima de las ofrendas que se queman para Jehová" (Levítico 2:3).

Ya el grupo íntimo de Moisés adquiere un modus vivendi seguro. Ellos iban a participar de los sacrificios destinados a Jehová. El que el restante de las ofrendas le fuera entregado a Aarón y sus hijos significa que ellos ya tenían asegurada su comida gratis durante muchos años. Las clases sacerdotales de casi todas las religiones han sido siempre las clases favorecidas por las leyes y por los políticos. ¿Sabe usted a qué se debe esto? Pues sencillamente a que los que están en el poder necesitan de personas que enseñen al pueblo a ser buenos súbditos. Mientras mejor se le introduzcan al pueblo en su cabeza que los principios de la sociedad son buenos, menos inconforme estará el pueblo, evitando así que este vaya a conspirar. Por esta razón, se le da el privilegio a la familia de Aarón de comer de las cosas que se le van a sacrificar a Jehová, como el mismo privilegio que se otorga a todas las clases sacerdotales en todos los países del mundo. Algún premio tiene que tener todo aquél que ayuda a los que están en el poder a consolidar su dominio. Y eso es lo que vemos aquí.

El libro de Levítico contiene todas las leyes que regulan los sacrificios sagrados. Existen todo tipo de ofrendas a Jehová, desde ofrendas por los pecados hasta leyes sobre los sacrificios y un sinnúmero de leyes ceremoniales. Las leyes y preceptos son tan estrictos, que el capítulo diez de Levítico narra cómo fueron matados los dos hijos de Aarón que no habían observado todas las regulaciones para prender el fuego que se le prendía a Jehová en el altar:

"Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que el nunca les mandó. Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová" (Levítico 10: 1-2).

Aparentemente hubo una desgracia en el altar en que los dos jóvenes estaban trabajando con el incienso y ellos perecieron. Para la mente que todo se lo atribuye a Dios, ellos fueron asesinados por Jehová. Nuevamente la mano draconiana de este ser vuelve a matar a dos personas por el solo pecado de no poner el incienso de la manera en que este lo había designado. Los jóvenes pagaron muy caro una pequeña ofensa. Es obvio que este tipo de razonamiento es un razonamiento muy primitivo. Moisés se proponía hacer que el pueblo obedeciera ciegamente sus mandamientos, y para ello los tiene que amenazar a muerte y sembrarles el terror. Tiene que amenazar al pueblo en todos los detalles: desde que se levantan hasta que se acuestan; en los días en que ellos tienen que reposar; en la manera en que los hijos le iban a hablar a los padres; en el tipo de comida que ellos iban a comer; en el flujo menstrual de las mujeres; en las enfermedades; en su conducta sexual; en fin, tantas cosas como las que se pueden leer en el libro de Levítico. Pero recuerde que todo esto era a costa de pagar con la vida misma. ¡Hitler se quedaba corto al lado de esta dictadura teocrática! Y eso es en sí lo más trágico del asunto, que todo esto se esté haciendo a nombre de Dios. Y mucho más trágico es el asunto de que tanta gente que cree en la "bondad" de Dios lean esto y no se den cuenta de lo que se está diciendo aquí. Un pequeño error le podía costar la vida a cualquiera. Cualquier desliz, por pequeño que fuera, acarreaba la desgracia del que lo cometiera. Ciertamente que muchos de los pueblos que rodeaban a Israel eran peor que ellos, pues vemos que algunos tenían costumbres demasiado brutales, como la de matar a los hijos en sacrificio al dios Moloc (Ver Levítico 20). Pero decir que Dios manda a matar, pone al pueblo que mata en la misma altura que el pueblo matado. ¿Quién es el peor entonces? Aquí estamos hablando que la respuesta a matar es matar. La lógica que se impone al pueblo es la lógica de la violencia brutal. El vocabulario que explica el hecho de que los hijos de Aarón fueron matados por Dios es el de que tal acto, el acto de haber matado a los hijos, es interpretado por Jehová como algo en lo cual él se estaba santificando: "En los que a mí se acercan me santificaré..." (Levítico 10: 3). ¿Qué Dios es este que cuando mata dice que él se está santificando? Esto hace que mucha gente que cree en este tipo de acción tenga una conducta específica hacia su prójimo. Las implicaciones éticas que esto trae, las veremos mucho más adelante cuando hablemos de la ética bíblica.

Los sacerdotes eran obligados a tener una conducta irreprochable. Ellos también debían de velar por su propio hogar, pues ellos tenían que ser ejemplos ante el pueblo. Ellos no podían contaminarse con los cadáveres, no se recortarían la barba, no se afeitarían la cabeza, ni se harían tatuajes (Ver Levítico 21). Y muy especialmente, ellos debían de tener hijas que no fornicaran. Si ellas fornicaban, no tan sólo iban a perder su vida, sino que lo harían en una forma muy cruel, pues ellas serían quemadas vivas: "Y la hija del sacerdote, si comienza a fornicar, a su padre deshonra; quemada será al fuego" (Levítico 21: 9). ¿Qué sentiría este padre cuando viera que queman a su hija? ¿Se le obligaría, bajo amenaza de pena de muerte, a estar también de acuerdo con esto?

Una historia muy emocionante existe también durante la vida de Moisés. El hijo que una mujer israelita había tenido con un egipcio, discute con un hombre de Israel en el campamento. El joven se enfurece y entonces blasfema el Nombre y maldice. Por esto es llevado ante Moisés. ¿Cuál es entonces la respuesta que Jehová le da a Moisés en este caso? Nuevamente, y parece que no es difícil de adivinar, Jehová envía a que este sea asesinado:

"Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Saca al blasfemo fuera del campamento, y todos los que le oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él, y apedréelo toda la congregación. Y a los hijos de Israel hablarás diciendo: Cualquiera que maldiga a Dios, llevará su iniquidad. Y el que blasfeme el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el nativo, si blasfema el Nombre, que muera" (Levítico 24: 13-16).


 

Ave Satán!!!

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"Por mi se va a la ciudad del llanto, por mi se va hacia el eterno dolor. Por mi se va hacia la raza condenada, la justicia animo a mi sublime arquitecto, me hizo la divina potestad, la suprema sabiduría y el primer amor. Antes que yo no hubo nada creado, a excepción de lo inmortal, Yo viviré eternamente !Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza¡"

Satanás ha sido, con toda seguridad, el mejor amigo que la iglesia jamás haya tenido, ya que él la ha mantenido en el negocio todos estos años. La falsa doctrina del Infierno y de el diablo ha permitido a las Iglesias protestantes y católicas prosperar durante todo este tiempo. Sin un diablo al cual señalar con el dedo, los religiosos orientados en lo que se llama el Camino de la Mano Derecha, o Sendero Diestro, no tendrían nada con qué amenazar y amedrentar a sus seguidores. "Satanás te guía a la tentación"; "Satanás es el príncipe del mal"; "Satanás es vicioso, cruel, brutal," dicen, a guisa de advertencia. "Si ceden a las tentaciones del diablo, seguramente sufrirán condenación eterna y se asarán en Infierno."

El significado semántico de Satanás es el de "adversario" u "oposición" o el de "acusador." La misma palabra "diablo" viene del indio "devi" que significa "dios." Satanás representa oposición a todo las religiones que sirven para frustrar y condenar al hombre por sus instintos naturales. Le ha sido dado un rol de malo simplemente porque representa los aspectos carnales, terrenales, y mundanos de vida. Satán REPRESENTA oposición a todas las religiones que sirven para condenar y frustrar al hombre de sus instintos naturales. A Satán le ha sido dado el papel de "malo" simplemente porque REPRESENTA los aspectos carnales, terrenales y mundanos de la vida.

Satanás, demonio por excelencia del Mundo Occidental, era originalmente un ángel cuyo deber era informar a Dios de los delitos e iniquidades humanas. No fue hasta el Siglo XIV que empezó a ser representado como una deidad maligna que era parte hombre y parte animal, con cuernos y cascos de cabra. Antes de que el Cristianismo le diera los nombres de Satanás, Lucifer, etc., la parte carnal de la naturaleza humana era regida por el dios llamado entonces Dionisos, o Pan, representado como un sátiro o fauno, por los griegos. Pan era originalmente el "el tipo bueno," y simbolizaba la fertilidad y fecundidad.

Siempre que una nación asuma una nueva forma de gobierno, los héroes del pasado se convierten en los villanos del presente. Lo mismo sucede con la religión. Los primeros Cristianos creían que las deidades Paganas eran demonios, y utilizar- los era usar "magia negra." A los milagrosos eventos celestiales los llamaban "magia blanca"; ésta era la única distinción entre los dos. Los viejos dioses no murieron, pasaron al Infierno y se convirtieron en demonios. El coco, los duendes, o espíritus "salvajes" que eran empleados para asustar a los niños se derivan de varias creencias Eslavas sobre espíritus que habitaban en pantanos, la raíz eslava "Bog" significa "Dios" -los llamados Bogey(el Coco), goblins o boogaboos, lo mismo que la palabra hindú Bhaga, que en Hindú significa "dios".

Muchos placeres venerados antes del advenimiento del Cristianismo fueron condenados por la nueva religión. Se necesitó muy poco para transformar ¡los cuernos y pezuñas de Pan en un demonio más convincente! Los atributos de Pan podían transformarse fácilmente en los pecados con-castigo-incluido, y la metamorfosis quedaba completa.

La asociación de la cabra con el Diablo se encuentra en la Biblia Cristiana, donde el día más santo del año, el Día de la Expiación, era celebrado cargando de pecados a dos cabras "sin la mancha," una como ofrenda al Señor, y una a Azazel. La cabra que llevaba los pecados de las personas era arrojada al el desierto y se convertía en una "víctima propiciatoria." es decir, chivo expiatorio. Éste es el origen de la cabra que todavía se usa en ceremonias de logias hoy en día tal como se solía hacer en Egipto, donde una vez al año era sacrificada a un Dios.

Los demonios de la humanidad son muchos, y sus orígenes muy diversos. La realización del ritual Satánico no abarca la invocación de demonios; esta práctica sólo es seguida por aquellos que temen las fuerzas que ellos mismos conjuran.

Supuestamente, los demonios son espíritus malévolos con atributos que conducen a la perdición de las personas o eventos con los que tienen contacto. La palabra griega "demonio" significa un espíritu guardián o fuente de inspiración, y para asegurarse, los teólogos, inventaron más tarde legión tras legión de éstos heraldos de la inspiración - todos malvados.

Una indicación de la cobardía de "magos" del Camino de la Mano Derecha es la práctica de invocar un demonio particular (quién habría supuestamente de ser un favorito del diablo) para hacer lo que se le ordenase. El supuesto es que el demonio, estando el hechicero formidablemente "protegido" o dementemente temerario intentaría invocar al Diablo mismo.

El Satanista no llama furtivamente a éstos diablos "menores", sino que invoca descaradamente aquellos que comandan ése ejército infernal de duradero ultraje -El Diablo en persona!

Como cabía esperar, los teólogos han catalogado algunos de los nombres de diablos en sus listas de demonios, como podría esperarse, pero la lista que sigue a continuación [den un pequeño click N. De T] contiene los nombres más eficazmente usa- dos en el ritual satánico, Estos son los nombres y orígenes de los Dioses y Diosas invocados, quienes constituyen gran parte de los moradores del Palacio Real del Infierno

 

Los diablos de las viejas religiones siempre han tenido, al menos en parte, características animales, lo cual es una prueba de la constante necesidad que el hombre tiene de negar que también él es un animal, pues si reconociera que lo es, sería tanto como asestarle un golpe poderoso a su ego empobrecido.

La mayoría se Satanistas no aceptan a Satán como un ser antropomórfico con pezuñas hendidas, una cola erizada de púas y con cuernos. Simplemente representa una fuerza de la naturaleza: los poderes de la oscuridad, o la fuerza oscura, a los que si se les llama así es meramente porque ninguna religión ha sacado esos poderes de la oscuridad. Tampoco la ciencia ha sido capaz de aplicarle una terminología técnica a esa fuerza. Es un depósito sin destapar, del cual muchas personas saben aprovecharse, porque carecen de la habilidad para utilizar un instrumento si previamente no lo fracturan y le ponen una etiqueta todos los mecanismos que lo hacen funcionar. Es esta incesante necesidad de saberlo todo lo que impide que la mayoría de la gente logre beneficiarse de esa polifacética clave de lo desconocido, que los satanistas consideran conveniente llamar Satán.

Satán, como dios, semidiós, salvador personal, o como queramos llamarlo, fué inventado por los formuladores de toda religión sobre la faz de la Tierra para un único propósito: tener control sobre los llamados "pecados" del hombre aquí en la Tierra. En consecuencia, cualquier cosa que llevara a la gratificación física, mental o emocional fué definido como "malo" , asegurando así para la gran masa de creyentes, una vida de culpa garantizada.

De modo que, si de "malos" se nos ha conceptuado, malos somos. ¿Y qué? ¿No nos encontramos en plena Edad Satánica? ¿Por qué no aprovecharse de ello, y VIVIR?

 

 

Ave Satán!!!

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Esta es una pequeña parte del Satanismo un amigo escribio y me pido que pusiera esto si tu quieres puedes mandarme un email y pedir lo que quieras que a paresca aqui